Derrota y renovación.


Tras dos meses y medio sin publicar nada -esto debido en parte a la misma desmoralización que muchos sufrimos después del 7 de octubre pasado-, he decidido manifestar algunas consideraciones sobre la nueva derrota opositora en los comicios regionales.

Obviamente la abstención es un factor que pesa en un resultado electoral, como en efecto lo hizo el 16 de diciembre. Pero así como ésta tiene una incidencia directa y numérica en los resultados, no se han preguntado ¿cuál es el trasfondo de esa abstención?, ¿qué la motivó? Yo sí me lo he preguntado, y la respuesta claramente está marcada por la mala gestión de los gobernadores de oposición, lo cual desmotiva al elector, y por la ausencia de campañas electorales estructuradas y con mensaje, que incentiven al voto, que busquen eliminar el desánimo posterior a la derrota en las presidenciales del 7 de octubre.

Yo sí voté el domingo pasado, y no porque esté conforme con la administración del gobernador del Estado Zulia -porque pienso que ha sido cualquier cosa menos eficiente-, sino porque valoré la importancia de estas elecciones regionales, le di mayor peso y me causó mayor preocupación la magnitud de las consecuencias políticas que traería la derrota electoral de la oposición (como en efecto lo serán el aumento de la maquinaria política oficialista, al contar ahora no sólo con los recursos del erario público nacional, sino también de los regionales; las facilidades para implantar el infame e inconstitucional Estado Comunal; la expansión de la discriminación gubernamental al nivel estadal del Poder Público, etc.) que la calidad de las gestiones estadales.

Tomar la decisión de ejercer mi derecho al voto fue un ejercicio de consciencia política, más que de conformidad con las labores del gobierno regional o de respaldo al partido político del gobernador, o a la cada vez más desorganizada Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

En este sentido, más allá de que no tenga nada en contra de Pablo Pérez como figura al abstraerlo de su entorno partidista, nunca he sido simpatizante de la hegemonía neotempista en el Zulia, ni he visto con buenos ojos las formas de actuar de ese personalista partido que gira en torno a la figura de un político particularmente malo e inepto como Manuel Rosales. Mi aversión por Un Nuevo Tiempo (UNT) se traduce en hechos como el nunca haber votado por su tarjeta electoral cada vez que he ejercido el derecho al sufragio, y el haberme abstenido en los comicios municipales de 2010, para no respaldar la mediocridad de la candidata, hoy alcaldesa, lanzada por UNT y respaldada por la MUD.

A su vez, considero a la administración estadal saliente como una particularmente "neutra", si es que a ésta realmente le calza tal calificativo. "Neutra" porque, independientemente de los problemas presupuestarios de los que todos estamos al tanto, no realizó verdaderos esfuerzos por gestionar óptimamente los pocos recursos con que contaba, pero a la vez tampoco puede afirmarse que haya actuado mal de forma deliberada, como las administraciones chavistas hacen. Sencillamente, permitió que el Zulia continuara el proceso de degeneración por el cual ya estaba encausado, de ahí el calificativo “neutra”.

A pesar de todo ello, no me arrepiento de haber votado el 16 de diciembre por Pérez, puesto que como ya dije, fue un acto hecho en ejercicio de mi consciencia, un acto de conveniencia política, un esfuerzo para proteger al Zulia del poder de la dictadura, era lo que las circunstancias exigían. Es probable que esa haya sido la motivación por la que muchas personas, ajenas a los encantos del populismo, decidieron votar.

Ahora bien, no puede culparse al elector desmotivado por no haber votado, sobre todo teniendo en cuenta que abstenerse es tan legal y legítimo como votar, y teniendo en cuenta además la clase de electores que caracterizan a este país, carentes de una madurez política que les permita ver más allá de lo que algún medio de comunicación informe o de la euforia transmitida en las campañas electorales  -en el caso de las clases media y alta-, o ver más allá de las dádivas clientelistas otorgadas por los candidatos  -en el caso de la clase baja-. Arremeter contra quienes no votaron no es la solución, a pesar de que su abstención haya contribuido importantemente con la derrota opositora, ya que eso sólo los desanimará aún más para futuras ocasiones. Afirmar que por el hecho de no haber sufragado, un venezolano no tiene derecho a quejarse de la situación del país, es tan absurdo e idiota como que los oficialistas digan que los opositores no son venezolanos por el solo hecho de ser contrarios al régimen.

Como ya sugerí, el elector que se abstuvo puede ser considerado responsable del fracaso desde un plano estrictamente numérico, pero realmente quien carga con la culpa de habernos conducido a esta estrepitosa derrota es la dirigencia opositora. La Mesa de la Unidad Democrática y los partidos políticos que la conforman debían asumir una campaña mucho más intensa, agresiva e inteligente, que no sólo incentivara a sus deprimidos simpatizantes -muchos de los cuales terminaron por abstenerse- , sino que también buscara captar el voto chavista, promover el llamado “voto cruzado” de quien en las elecciones presidenciales se había decantado por Chávez. Si el voto de ese elector, tradicionalmente chavista, se hubiese logrado atraer, es probable que la abstención no hubiese resultado determinante. A la MUD le faltó velocidad de reacción después del 7 de octubre, se dejó estremecer por la reelección del dictador, y el factor lástima de la enfermedad de Chávez terminó noqueándola.

Estos comicios regionales me dejan tres grandes conclusiones que me gustaría compartir:

En primer lugar, creo necesario que quienes nos consideramos contrarios al dictador -tanto individualmente como bajo la figura de grupos civiles y partidos políticos- seamos más proactivos, honestos, sensatos y directos en nuestros esfuerzos para denunciar los abusos del régimen, renovando así la cara ofrecida por la oposición política al chavismo. Basta de “guabineo”, hay que hablar claro, hay que abocarse a la creación de consciencia política tanto en los adeptos al gobierno nacional, como en aquellos que no lo son, ya que a fin de cuentas, si hay algo compartido por ambos grupos es la ignorancia, ignorancia que será usada por los nuevos gobiernos regionales como su arma para ampliar la aceptación del chavismo en la colectividad. Nosotros por nuestra parte tenemos el gran reto de cambiar la mentalidad de la sociedad, de no permitir que el chavismo profundicé la ignorancia generalizada.

En segundo lugar, limitándome a lo que incumbe al Municipio Maracaibo, considero que la MUD debe aprender de esta última lección, y darse cuenta que a pesar de que UNT se mantenga como la primera fuerza opositora en el Zulia, ya no posee la hegemonía abrumadora de otrora, por lo que se torna imperante la sustitución de Evelyng Trejo por otra persona más preparada y con mayor liderazgo en la candidatura a la Alcaldía de este Municipio. La actual Alcaldesa y candidata a la reelección ha demostrado con su pésima y mediocre gestión que es una política de mentira, confeccionada de la noche a la mañana, y que no tiene lo necesario para asumir un trabajo tan importante como lo es llevar las riendas de la administración pública de uno de los Municipios más poblados de Venezuela.

La última de las conclusiones a las que he llegado, es la evidente consagración de Henrique Capriles como líder de la oposición a nivel nacional. No todos piensan igual, de hecho, la idea de este definitivo liderazgo nacional tiene varios detractores, sobre todo entre algunos grupos de intelectualoides y esnobs de oposición que basados en argumentos e ideas que rayan en lo ridículo y pretencioso, rechazan este hecho sin considerar todas sus implicaciones. No todos comulgan con algunas de las ideas centro-izquierdistas de Capriles, algunos consideran que el haber perdido la pasada elección presidencial lo quemó por completo para futuras oportunidades, otros consideran que se requieren líderes más radicales, fuertes o carismáticos; pero a pesar de todas esas opiniones, y empero haber perdido el perfil de dirigente nacional a tiempo completo por haber optado a la reelección regional, lo cierto es que la victoria de Capriles Radonski en Miranda, a pesar de no ser aplastante, lo consolida como la figura más confiable y popular de la oposición, el mejor posicionado para afrontar futuras elecciones presidenciales, bien sea contra el propio Chávez o ante su sucesor Maduro en eventuales comicios anticipados.

Capriles debe replantearse la forma en que lleva su liderazgo, renovar su perfil político. Si bien es cierto que su carácter conciliador le ha funcionado hasta cierto punto, y que hasta cierto punto debe mantenerlo, es conveniente que tome un tono un poco más irreverente y agresivo, que se proyecte como un hombre estoico y firme en su lucha.

En definitiva, ahora más que nunca, y así no sea el ideal buscado, tenemos un líder. Aquel que piense lo contrario, lo invito a decirme sus razones, y sobre todo, a darme un nombre.

José Alberto Vargas La Roche.

Perspectivas post-electorales.


Demasiados pensamientos e ideas han pasado por mi mente desde el pasado domingo 7 de octubre de 2012. Como todos sabrán, en ese día Hugo Chávez Frías fue reelecto por tercera vez para ocupar la Presidencia de la República por el período constitucional 2013-2019, lo que representa su cuarto mandato, el tercero que podrá ejercer completamente desde que fue electo por primera vez en 1998 (recordemos que su primer período duró solamente un año, ya que la entrada en vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela obligó a realizar nuevos comicios generales en el 2000).

Seamos serios y hablemos con claridad, más allá de la admirable alta afluencia de participación electoral y del loable y entusiasta trabajo que muchos realizamos para tratar de agilizar y asegurar el proceso, y para instar a la gente a votar (mi felicitación especial a quienes se desempeñaron como miembros de mesa y testigos de los grupos políticos), el 7 de octubre fue una fecha nefasta y así deberá ser recordado, como otro trágico episodio de nuestra historia patria; cuál fue el momento preciso que determinó la fatalidad de ese día: las diez de la noche, sobra decir el porqué. El resultado del domingo no representó ninguna victoria o fiesta de la democracia, no nos engañemos, por la sencilla razón de que Venezuela no vive en democracia; Venezuela padece una autocracia, así de simple. Precisamente, lo negativo del gobierno chavista no recae únicamente en el desacuerdo que gran parte de la población tiene con su proyecto ideológico y con el sistema económico que paulatinamente ha implantado; el problema del régimen trasciende a que éste se encargó de quebrar el Estado de Derecho y de erradicar los principios democráticos que conforman la forma de gobierno constitucionalmente consagrada.

Al afirmar que en Venezuela no hay democracia no estoy pretendiendo sugerir que los resultados electorales hayan sido trampeados, no estoy cantando fraude ni nada por el estilo, no crean idioteces; por el contrario, reconozco que una mayoría decidió mantener a Chávez en el poder, lo legitimó nuevamente, por muy equivocada que haya sido esa decisión. Chávez logra ganar elección tras elección sin que el CNE tenga que alterar siempre los resultados, gracias al voto de un pueblo tristemente ignorante y carente de una real conciencia política, comprado por el sistema clientelar de las misiones, y que además se encuentra enceguecido por un amor y una identificación irracional hacia la figura del “Comandante”. Ahora, tampoco estoy negando totalmente la existencia de vicios electorales, ya que el ventajismo que tuvo el candidato de gobierno en su campaña política, valiéndose de los recursos del erario público para financiarla y del aparato comunicacional estatal para impulsarla, y en general irrespetando descaradamente la normativa electoral sin sufrir ningún tipo de sanción por parte del CNE, representa a fin de cuentas una grave irregularidad en las pasadas elecciones presidenciales. ¿Qué más se puede esperar cuando el Poder Electoral también es dependiente del Ejecutivo?

En Venezuela no tiene vigencia el sistema democrático, a pesar de que se celebren elecciones periódicas y que éstas sean abrumadoramente ganadas por Chávez, porque la existencia de la democracia no depende exclusivamente de la forma de elegir a los gobernantes, esto es sólo un aspecto de ella. Una democracia sólo puede existir en un Estado de Derecho, y tiene como principios fundamentales, además del de soberanía popular expresada mediante el sufragio: el imperio de la ley –la cual es también manifestación de la soberanía del pueblo, aunque indirecta-; el respeto y defensa de los derechos humanos; la separación del Poder Público en ramas autónomas entre sí, para evitar la concentración de éste en una sola autoridad que usurpe la institucionalidad democrática; la alternancia en el poder; el respeto a las minorías que no respalden el gobierno impuesto por las mayorías; entre otros. Viendo esto, puede decirse que las elecciones en Venezuela son el último vestigio democrático que queda en el país, ya que Chávez no se ha visto en la necesidad -por ahora- de dejar de implementarlas y convertirse en un dictador tradicional, sencillamente porque las gana siempre, y ellas le permiten mantener una apariencia seudodemocrática ante la comunidad internacional. De resto, es perceptible que vivimos en dictadura.

El resultado del domingo equivale a una condena. Un alto porcentaje de la población, que votó por Chávez, se condenó no sólo a sí mismo, sino también a quienes escogimos la alternativa de cambio, a 6 años más de tiranía, que pueden asegurar se verá intensificada. Llegaremos, como mínimo, a los 20 años de Gobierno Bolivariano, si el cuerpo y las circunstancias se lo permiten a Chávez; digo como mínimo porque en 2019 puede ser perfectamente ratificado en el poder otra vez, considerando que la Constitución fue enmendada para permitir la reelección indefinida de los funcionarios con cargos de elección popular, en un claro golpe a la democracia. ¿Dónde queda pues, la alternancia? Serán entonces, 20 años de gobierno no sólo autocrático, sino también totalitario, porque nos quieren imponer una forma de pensar. Serán 20 años de Chávez, de este hombre irrespetuoso, intolerante, narcisista, mitómano, militarista, corrupto, inescrupuloso, buscapleitos, promotor de la delincuencia e incitador del odio; dos décadas en las que el pueblo ha tomado y seguirá tomando a este señor como ejemplo a seguir, pareciéndose cada vez más y más a él. Definitivamente discrepo de Gardel, que decía que “20 años no es nada”, ¡20 años son demasiado tiempo!

Por otro lado, la actitud asumida por la dirigencia opositora, representada en la Mesa de la Unidad Democrática, me parece excesivamente pasiva. Que ésta haya manifestado que las elecciones presidenciales demostraron el correcto funcionamiento de la democracia en Venezuela; que apenas protestara tímidamente por el ventajismo electoral del oficialismo y ni siquiera haya denunciado los otros factores que hacen de nuestro país uno carente de libertad plena; que invite al gobierno nacional a unificar a los venezolanos, cuando éste ya ha demostrado ser un elemento divisor de la sociedad; que pretenda entablar diálogos con el chavismo, cuando se sabe que eso es imposible, ya que en sus filas sólo hay insultos, odio y subestimación para con la alternativa democrática; claramente refleja una postura de sumisión ante Chávez, un completo derrotismo, así se diga que “nadie debe sentirse derrotado” y que “debemos seguir adelante”.

En efecto se trató de una dura derrota para Venezuela toda, pero la oposición no debe ahora mostrarse débil y minusválida, como lamentablemente lo está haciendo, ya que su discurso, a pesar de que esté lleno de palabras de supuesta fortaleza, realmente se muestra como uno de consuelo; no debemos ver el aumento en número del voto opositor como un premio de consolación, porque al fin y al cabo perdimos, sino que debemos redoblar los esfuerzos para alcanzar la meta de rescatar al país. No conozco qué estrategia seguirán las fuerzas opositoras, pero por ahora, pareciera que hincaron la rodilla.

La conciliación debe ser entre el pueblo, la Unidad Democrática debe necesariamente trabajar por la unión social, debe intentar tender puentes con el sector de la sociedad que se identifica con el gobierno nacional para tratar de reducir en la medida de lo posible la horrible polarización y el ignominioso odio entre clases socioeconómicas que predominan en Venezuela. Ahora bien, esta unión no implica acercarse al gobierno y rendirse ante Chávez, eso debe ser descartado. ¿Para qué agotar energías inútilmente en cordializar con quien no quiere hacerlo? El trabajo unificador es netamente social, comunitario, de calle; ahí debe enfocarse. Estos esfuerzos no deben ser únicamente de los movimientos políticos, tú que me lees, debes ser tolerante con tus conciudadanos, y tratar de abrir los ojos del chavista y convencerlo a dejar la vida facilista y el conformismo, sin caer en descalificaciones e insultos, respetándolo e invitándole a que te respete, por muy difícil que parezca. Se trata de ir poco a poco sanando el odio social, es una tarea titánica y que requiere de nuestro estoicismo, pero que vale la pena.

Así pues, habiendo expresado que los esfuerzos de unificación nacional son restrictivamente sociales, creo necesario que la Mesa de la Unidad Democrática adopte una actitud mucho más crítica para con el gobierno nacional. Debe desecharse el victimismo y el letargo que se han arraigado en el seno de la oposición venezolana; ésta debe sobre todas las cosas erigirse en principal e implacable denunciante de los abusos cometidos por el régimen, hablando de frente, sin contemplaciones.

El objetivo debe ser sacar a Hugo Chávez de Miraflores, y para alcanzar esa meta se necesita mucha dedicación y seriedad. Las cosas van a ser peores en Venezuela en el próximo período de gobierno chavista, así sea de seis años completos o de menor duración, si el contexto político lo impone de esa manea al final. El proceso de degeneración nacional aumentará drásticamente, la inseguridad crecerá, los controles en todos los aspectos de la vida incrementarán, la dictadura se volverá más férrea, Venezuela seguirá cayendo por el pozo del desastre, no hemos tocado el fondo aún. A pesar de todo lo malo, los venezolanos que queremos un cambio radical en el país, que queremos un Estado de Derecho sólido, que anhelamos progreso, prosperidad y paz, no debemos desfallecer. El primer paso necesario para aguantar la embestida de la dictadura, es multiplicar el número de Estados controlados por la oposición, y mantener los bastiones que actualmente tenemos. Se hace indispensable votar en los comicios regionales de diciembre, no dejemos que nos embriague el desánimo y que el dictador nos gane esta batalla. Debemos seguir trabajando por este país, que todavía tiene salvación, hay que sobrevivir.

Por último, me gustaría expresar mi respeto y gratitud a Henrique Capriles Radonski, quien como Atlas logró soportar el peso de tan intensa campaña política en un tiempo tan reducido. A pesar de que su actitud en ocasiones pareciera rayar en la ingenuidad, en definitiva, su tranquilidad, aplomo y honestidad, demostraron que él es el líder que la oposición necesitaba. Si bien no comparto su decisión de aspirar a la reelección como gobernador del Estado Miranda, ya que necesitamos un líder a tiempo completo que se despliegue a nivel nacional y que mantenga el perfil presidenciable, cosa que no podría cumplir cabalmente de ser reelecto, y ya que además ante una eventual derrota electoral, quemaría su carrera política; sí que mantengo mi convicción de que en algún momento, más temprano que tarde, ocupará la Presidencia de la República.

Mientras haya venezolanos dispuestos a trabajar y que crean en su país, Venezuela tendrá futuro.

¡Hay un camino!

José Alberto Vargas La Roche.


Votá.


Nuestra Constitución Nacional en su artículo 63 reconoce al sufragio en los siguientes términos: El sufragio es un derecho. Se ejercerá mediante votaciones libres, universales, directas y secretas (…)”. Es un derecho humano, uno de carácter político, que ha venido optimizándose a medida que las diversas Cartas Magnas que han regido a nuestro país lo reforman; pero más allá de eso, el sufragio está revestido de especial importancia y significación. Mediante éste, cada ciudadano de la República se hace partícipe de la dirección del Estado o de los “asuntos públicos” en palabras de la Constitución. A pesar de no ser una forma directa e inmediata de participación en la gestión del país, ya que al fin y al cabo son los representantes que el pueblo elige, y no el pueblo mismo, quienes llevan las riendas del gobierno; sí que implica una demostración ciudadana, un mensaje de la ciudadanía para hacer recordar que a pesar de todo, es ésta la que detenta el poder último: la soberanía, y que por tanto tiene la potestad de colocar al mando del país a quienes su voluntad indique; aunque muchas veces esa escogencia termine siendo un grave error.

Sin embargo, el sufragio -y por ende votar- no son obligatorios. Es, como dije, un derecho, una facultad del ciudadano reconocida por las normas constitucionales y legales, pero no un deber. Anteriormente, bajo la vigencia de la Constitución de 1961, ejercer el voto sí que era imperativo; ésta, en su artículo 110 claramente indicaba que “(…) Su ejercicio será obligatorio, dentro de los límites y condiciones que establezca la ley”. Por el contrario, la actual Constitución reconoce la esencia liberal del sufragio como derecho individual, como prerrogativa que es, haciendo que prime la libre voluntad de cada elector para ejercer o no el voto, por lo que suprime de sus disposiciones el carácter obligatorio que tenía (nótese que en el artículo 63 constitucional no se consagra como deber). Esto lo reafirma la vigente Ley Orgánica de Procesos Electorales, al contemplar en su artículo 126 que “Ninguna persona puede ser obligada o coaccionada bajo ningún pretexto en el ejercicio de su derecho al sufragio”. En este sentido, la abstención electoral se convierte en una forma pasiva de manifestarse en el sistema democrático, permitida por nuestro ordenamiento jurídico, y perfectamente aceptable cuando es usada como forma de censura a las opciones electorales mediocres que en ocasiones se presentan.

Si la abstención no es un delito ni un pecado, ¿por qué el título de este post es un llamado a votar? Porque esta elección presidencial que en escasos días se celebrará no es algo intrascendente, no se trata de escoger un cargo público de menor peso, no se trata de una situación en la que la alternancia en el poder esté a salvo. En estos comicios que se avecinan no es válido decir “ningún candidato me parece bueno”, o “no confío en los políticos venezolanos y en sus partidos”, ni mucho menos la infame e imbécil aseveración “a mí no me gusta la política”. Te guste o no la política, ella forma parte de tu vida, de todo lo que haces, de todos los aspectos del acontecer nacional; así no te agraden estos candidatos presidenciales o no confíes en los partidos, vota, porque no lo haces como un favor a ellos, sino en beneficio de tu país y en procura de un mejor futuro para ti y para todos los venezolanos.

A pesar de las imperfecciones de un sistema de sufragio universal, en el que las masas pueden llegar a condenarse a sí mismas colocando en el poder a candidatos ineptos, hechizadas por sus discursos populistas y demagogos –como hicieron en los años 1998, 2000 y 2006-, y a pesar de que la abstención bajo ciertas circunstancias sea una opción válida; votar con consciencia y reflexivamente es la decisión, la herramienta, el arma más importante que tiene la colectividad nacional para impulsar al país hacia el desarrollo y el progreso.

Ahora bien, tengo la necesidad moral de invitarte no sólo a votar, sino también a que votes por Henrique Capriles Radonski, quien representa la única opción sensata y preparada para ocupar el cargo más importante del Ejecutivo Nacional: la Presidencia de la República, tan degradada en estos últimos 14 años. No compres las mentiras que venden algunos sectores de la vida política, no caigas en las trampas de la guerra sucia y el oficialismo inescrupuloso; Capriles no viene a implantar un régimen neoliberal y despiadado, ni a traer de vuelta el bipartidismo obsoleto, ni a arremeter contras las clases bajas.

Por el contrario, de la victoria del candidato opositor dependen tus aspiraciones, metas, y todo lo que quieras alcanzar en Venezuela, seas de “izquierda”, de “derecha” o de cualquier otra tendencia política y económica. No porque Capriles sea perfecto, porque no lo es; ni porque vaya a resolver todos los problemas de Venezuela y convertirla en una potencia, porque no lo hará, ya que esa tarea es imposible para un solo período presidencial tras tanto tiempo de destrucción; sino porque es la única posibilidad democrática y pacífica que tenemos de salir de este gobierno decadente, corrupto, autoritario y violento; de sanar las heridas de la horrible polarización y odio entre clases sociales que Chávez ha alimentado; de detener el avance de este cáncer que el chavismo ha representado para el país, y recuperar de una vez por todas a nuestra Nación del pozo en el que está. Si dejamos que gane el candidato a la reelección, pueden dar por sentado el desate de una dictadura férrea y el fin del Estado de Derecho, la democracia, y cualquier posibilidad de mejoría.

Sinceramente espero que estas palabras ayuden a fortalecer en sus convicciones a los que quieren progreso, a recapacitar (¿por qué no?) a los cegados por el odio y el resentimiento, y sobre todo, a convencer a quienes dudaban votar o no estaban seguros de por quién hacerlo. Ante todo, quiero paz para Venezuela.

Votá por tu familia, por tus amigos, por ti mismo, ¡Votá por Capriles Radonski!

José Alberto Vargas La Roche.




Amuay.


Tenía dos meses sin agregar ninguna entrada nueva a este blog. A pesar de los múltiples acontecimientos que han ocurrido en ese período de tiempo y las muchas noticias de magnitud, nada me motivaba a escribir. Sin embargo, el día de ayer la tragedia y la muerte tocaron al país con gran severidad, por lo que considero oportuno y necesario expresar mi opinión al respecto.  La refinería de Amuay, ubicada en la península de Paraguaná del Estado Falcón, sufrió en sus instalaciones una gran explosión producto de un escape de gas, con un subsecuente incendio que aún no ha podido ser extinguido totalmente.

No me extenderé demasiado, ya que mis conocimientos técnicos en el área petrolera son escasos, por no decir nulos, impidiéndome realizar un análisis detallado de la situación sin pecar de ignorante. Me referiré básicamente a las reacciones del oficialismo, porque son sencillamente vergonzosas. En primer lugar, quedó claro que la causa de la explosión fue una fuga de gas, mas no se ha determinado la razón de esa fuga ni el por qué no se percataron de ella quienes laboran y quienes dirigen ese complejo refinador. Lo que sí tengo claro es que el referido escape de gas no se debe a sabotaje alguno por parte de la oposición venezolana, ni mucho menos a sabotaje extranjero. Me es mucho más lógica la teoría -aunque no me conste- según la cual todo se debió a falta de mantenimiento de las instalaciones.

Esa afirmación no es para nada sorprendente -aunque sí indignante- conociendo la penosa situación en que se encuentra la industria petrolera venezolana desde que el gobierno cambió su estructura tras el paro de 2002-2003. Permitir que la industria que representa la mayor fuente de ingresos de Venezuela (lamentablemente), dependa de gente inexperta y de politiqueros, trajo como consecuencia natural que ésta se fuera a la deriva. Así pues, que ya se oiga en el seno del chavismo que la tragedia de Amuay se deba a sabotajes, es una muestra más de que el gobierno central, ante cualquier problema atribuible a su gestión, no asume la responsabilidad que le corresponde, sino que le atribuye la culpa a la oposición, como siempre. “No fuimos nosotros, fueron los escuálidos”. La omnipresente excusa.

Se le sugirió a Chávez que todo fue producto de falta de mantenimiento, se le informó que desde días atrás se sentía un fuerte olor a gas y que incluso una contratista había retirado su personal de la refinería para prevenir cualquier problema.  En lugar de disponerse a verificar la veracidad o falsedad de la información y tomar las medidas necesarias, sencillamente negó cualquier responsabilidad de su régimen, tildó de irresponsable a quien osara decir tales cosas, y tras seguir arremetiendo contra los medios de comunicación, procedió a montar su propio circo mediático, rezando y comulgando como un inocente borrego en una misa, y otorgando inútiles ascensos militares póstumos a las víctimas. ¿Acaso unos ascensos simbólicos van a solucionar una crisis de esta magnitud y a paliar el dolor de las familias de los fallecidos? Los muertos ya están muertos, los ascensos no sirven, soluciones para sus familias es la mejor manera de homenajearlos.

Como culmen del cinismo, el descaro y la hipocresía, se encuentra la asquerosa solemnidad con que el impresentable ministro de defensa dijo que “quede en nosotros el grato recuerdo y el ejemplo de los compatriotas y compañeros de armas que entregaron la vida por resguardar los intereses de la nación”. Ellos no entregaron su vida voluntariamente ni por interés alguno, sencillamente estarían algunos durmiendo y algunos haciendo su guardia, cuando los tomó por sorpresa la muerte. No “sacrificaron” su vida por ninguna causa, la perdieron por la negligencia del Estado, eso es todo.

Mis condolencias a los familiares de los fallecidos por su terrible pérdida. Mis condolencias a todos los venezolanos por la situación en que vivimos.

José Alberto Vargas La Roche.

Paraguay, ejemplo democrático.


Ante la reciente separación de Fernando Lugo del cargo de Presidente de la República efectuada por la Cámara de Senadores del Congreso paraguayo, y las reacciones que los distintos gobiernos latinoamericanos han tenido, no puedo evitar preguntarme ¿acaso los políticos de nuestro subcontinente son ignorantes, hipócritas, o ambas cosas? Se llaman defensores de la democracia y se muestran cónsonos  en las críticas a la decisión del legislativo guaraní de destituir a Lugo, por tratarse a su entender de un acto ilegítimo, al punto de afirmar que ha sucedido un golpe de Estado -tal como manifestaron la Presidenta de Argentina y sus homólogos venezolano, ecuatoriano, dominicano, boliviano e incluso costarricense (país que ocupa el número 20 en el índice democrático) -; pero contrariamente a lo que piensan nuestros imbéciles líderes latinos (no hay mejor palabra para describirlos), este hecho histórico demuestra precisamente la buena salud del Estado de Derecho en Paraguay y la efectividad con que funciona su sistema democrático, además de tratarse de una decisión totalmente constitucional, ya que la Constitución paraguaya contempla en su artículo 225, la posibilidad de llevar un  juicio político contra el Presidente de la República y de destituirlo por esa vía.

Peor aún resulta que tanto Chávez como Capriles en lo único que concuerden es en atacar la remoción del cargo de Lugo y en dudar de la legitimidad de tal acción -afirmando que esto sólo pudo haber ocurrido sí el pueblo así lo decidiese-, en lugar de ocuparse de los problemas de Venezuela. Por favor, céntrense en la terrible situación de nuestra propia Nación, que cada día se acerca más al abismo, y dejen de inmiscuirse en los asuntos internos de otros países. Por otra parte, y para ilustrar sus erradas mentes, me permito recordarle a ambos políticos venezolanos y a cuanta persona necesite aclaratoria, que la revocatoria popular del mandato no es la única forma legítima de sacar del poder a un gobernante; tanto así, que en Paraguay el referendo revocatorio de cargos de elección popular a nivel nacional, está expresamente prohibido por su Constitución (Artículo 122, numeral 6 de la referida norma). Señores, no piensen que en otras latitudes las normas son iguales; que en Venezuela exista esta figura no implica que todos los países la permitan. Si en Paraguay la única forma de destituir al Presidente de la República es mediante el juicio político, pues que así sea.

Déjenme recordarles que en nuestro país también puede removerse de su cargo al Presidente de la República por otro mecanismo legal distinto al referendo: por medio de sentencia judicial. El ordenamiento jurídico venezolano da a la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia la competencia de realizar antejuicio de mérito contra el primer mandatario nacional, para posteriormente poder enjuiciarlo por la comisión de algún delito imputado bien por el Fiscal General de la República o la víctima; en otras palabras, para poder juzgar penalmente al Presidente de la República, el máximo órgano judicial debe haber declarado mediante sentencia la existencia del mérito para ello, y recibir autorización de la Asamblea Nacional, caso en el cual dicho fallo debe decretar su separación del cargo. (Revisar artículos 233 y 266, numeral 2, de la Constitución venezolana; y artículos 24 numeral 1, y del 110 al 118 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia). Incluso existe un precedente al respecto, ¿será que no recuerdan que el Presidente Carlos Andrés Pérez fue destituido en 1993 por la extinta Corte Suprema?

Para concluir, felicito al Congreso paraguayo por su clara demostración de estabilidad institucional, exhorto a medios de comunicación, políticos y público en general a abstenerse de emitir pronunciamientos sin base, e insto a los dos contrincantes para las elecciones presidenciales de este año en nuestro país a “echarle una leída” a la Constitución Nacional.


José Alberto Vargas La Roche.

Se necesitan respeto y tolerancia.


La tarde de ayer, en que se conmemoraba la solemnidad católica de la Santísima Trinidad, asistí en compañía de mi familia a una misa en un determinado templo de la ciudad de Maracaibo. Este hecho no tendría grandes implicaciones, y se hubiera desarrollado como una tranquila celebración religiosa, de no ser por el sacerdote que ofició la misa, quien se encargó de convertirla en un espectáculo vergonzoso alejado de la moral y enseñanzas del catolicismo real. Se trata de un joven cura invitado a la parroquia, habitual celebrante durante al año pasado, y que goza de la simpatía de los feligreses; simpatía esta que ganó por sus habilidades como orador de persuasión.

El problema en cuestión lo constituye una serie de comentarios ofensivos proferidos por este hombre durante la homilía, caracterizado precisamente por ser bastante intolerante y realizar apologías al odio durante sus sermones. Las referidas ofensas estuvieron dirigidas a otros credos religiosos y a sus practicantes; así pues, inició su discurso despotricando contra cristianos evangélicos, mormones y testigos de Jehová, por la sencilla razón de que sus creencias no contemplan la veneración de la Virgen María, lo que los convierte a su entender en enemigos del catolicismo y dignos de ser repudiados. Al respecto tengo claro que así como existen en el catolicismo, igualmente hay muchos cristianos protestantes (se incluye en esta categoría a las tres ramas de la fe cristiana mencionadas por el sacerdote) que pueden llegar a ser extremistas en sus ideas, pero no los son todos, y mientras haya respeto de su parte, éste debe responderse con reciprocidad.

Seguidamente, el clérigo procedió a explicar el significado de las bodas de Canaán narradas en la Biblia, diciendo que Jesucristo aún no debía mostrarse como el hijo de Dios ante los “malvados judíos”. Sí, esas dos palabras salieron de la boca de un sacerdote: “malvados judíos”. Apenas terminó esa frase, sentí que me quemaba de la indignación, y acto seguido me levanté del asiento y en pleno sermón me fui del templo, seguido por mi familia. Las razones que me motivaron a abandonar el lugar en señal de protesta -más allá de la admiración y respeto que tengo hacia el pueblo judío al ser descendiente de familia hebrea- fueron el grosero irrespeto que una autoridad de mi propio credo tuvo para con una religión hermana, y la infinita ignorancia de este sujeto.

No se puede justificar lo injustificable, un sacerdote no tiene razones ni excusas para arremeter contra otras religiones, por mucho que diverjan en las formas de interpretar la divinidad, ya que no sólo estaría faltando el respeto a instituciones sólidas a las que millones de personas se encuentran asociadas, sino que además estaría pasando por alto la prohibición constitucionalmente consagrada (Artículo 57 de la Carta Magna) de promover la intolerancia religiosa, y escupiéndole a la libertad de religión y de culto contemplada en nuestra Constitución (Artículo 59) y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Artículo 18), uno de los derechos civiles por excelencia; además, estaría olvidando que a pesar de todo, la totalidad de las creencias religiosas persiguen fines comunes: la paz, la armonía, y la solidaridad. 

Por otro lado, al emitir esas declaraciones, el presbítero dio muestras de una enorme ignorancia histórica, sencillamente porque pareció olvidar que tanto Jesús de Nazaret, como su madre María y todas las personas de su entorno, fueron judíos practicantes desde su nacimiento hasta su muerte; siendo Jesús, incluso, experto en la ley judaica, y  siendo el cristianismo en sus orígenes un intento de reforma al judaísmo y no una religión autónoma. Si según este sacerdote los judíos son malvados, ¿acaso Jesucristo, María, y los discípulos también lo eran? Eso es lo que su ignorante criterio da a entender.

El esfuerzo realizado por el Beato Juan Pablo II durante toda su vida para lograr el acercamiento de las religiones, el entendimiento entre ellas, y conseguir un anhelado pluralismo religioso, habrá sido en vano y se desmoronará por completo mientras existan sacerdotes que propugnen el fanatismo irracional y el odio a lo distinto. No tendrá concreción el ecumenismo de las ramas del cristianismo, ni esperanza alguna la unión fraternal inter-religiosa si no denunciamos este tipo de comportamientos reprobables por parte de ciertos clérigos. Los invito a reflexionar seriamente al respecto.

José Alberto Vargas La Roche.

Carta abierta a Hugo Chávez.



Maracaibo, 25 de Mayo de 2012.


Señor,

Hugo Rafael Chávez Frías,

Presidente de la República Bolivariana de Venezuela,

Su  despacho.-


Antes de proceder a desarrollar mis ideas en esta misiva, deseo aprovechar la oportunidad para extenderle un cordial saludo. Requiere usted saber quién le escribe, por ello, me presento como un ciudadano común, estudiante universitario, preocupado por la situación de mi patria venezolana, que también es la suya. No represento los intereses de organización alguna, me dirijo ante usted por iniciativa propia, pero entienda que esta carta fue escrita por un venezolano que reúne en sus palabras el sentir de la mayoría de quienes habitamos este país.


Así pues, señor Presidente, trataré de manifestarle en estas líneas las mayores preocupaciones que tenemos los venezolanos por la crisis que atraviesa nuestra Nación, y las más contundentes críticas al gobierno que usted preside. Hago uso de esta vía epistolar casi obsoleta, por cuanto estoy consciente de la imposibilidad que tendría de comunicarme directamente con usted.


En primer lugar, deseo recordarle que Venezuela es un país con muchas posibilidades de progreso y desarrollo, y esto no se ve reflejado en el momento histórico que nos encontramos viviendo. Aspiro -al igual que todos nuestros compatriotas- poder vivir en paz, prosperidad, igualdad y armonía; pero por lo visto, esto por ahora es sólo una utopía. El país está viviendo una crisis, una profunda y terrible crisis,  y sin embargo perece que usted no se diera cuenta de ella, o simplemente quisiera ignorarla. Yo no quiero que usted retrate a Venezuela como un edén que no es, no quiero que festeje fechas sin significado, ni que se empalague de halagos interesados y oportunistas; mi deber moral está en hacerle un llamado de atención, por lo que le pregunto: ¿Cómo es posible que la ignorancia reine aún en las mentes de tantos venezolanos?; ¿cómo explica que la economía esté cayendo en picada y que el país esté sumido en deudas?; ¿por qué el Estado se hace cada día más enorme y burocrático, pero a la vez más ineficiente y corrupto?; ¿acaso no le indigna saber que Venezuela se encuentra dentro de los países más inseguros del mundo?.


Mi conciencia me obliga a repudiarlo como gobernante señor Chávez, a repudiar su gobierno, su auto denominada revolución, la ideología que trata de imponer a todos los venezolanos y que sólo pocos comparten con usted, y su verborrea vacía y llena de odio. Si en esta carta tratase de mencionar todas las acciones realizadas por su gobierno que representen grandes agravios a la dignidad nacional y vulneraciones a los derechos y libertades de las personas, me extendería mucho más de la cuenta, pudiendo redactar tomos completos, por ello me limitaré a recordarle algunas de las peores.


Las políticas de gobierno concebidas por su persona y su gabinete, su indolencia ante los problemas de interés nacional, y la destrucción de los valores de la población que su gobierno avala e incluso impulsa, se han encargado de devastar al país. Es inexcusable que el modelo de Estado venezolano, si bien democrático y moderno en el papel, se parezca cada vez más en la práctica a uno propio del Medioevo. Me refiero a lo increíble que ha sido la progresiva aniquilación del Estado de Derecho que existía en Venezuela y la subsecuente concentración de todo el poder en sus manos, irrespetando el sagrado principio de separación de poderes, cuestión que se evidencia al observar la forma servil y vergonzosa con que actúan los demás Poderes Públicos; pisoteando de igual manera el principio de legalidad como figura rectora de la actuación del Estado; y dejando los derechos de las personas en un plano de sumisión ante su voluntad autoritaria señor Chávez. Es sencillo de comprender: en Venezuela ya no existen límites de Derecho a su actuación, no hay nada que evite que haga lo que le dé la gana.


También me gustaría recordarle que una de las funciones de mayor relevancia del Ejecutivo Nacional que usted preside es brindarle seguridad personal a cada uno de los pobladores de Venezuela, lo que es también una de las razones de mayor peso por la cual la gente lo votó en las reiteradas elecciones celebradas en la última década y media. Y nuevamente, este es otro aspecto en el que su gobierno no ha hecho nada, sino que por el contrario, se ha ocupado de promover la violencia desde los órganos públicos y desde los medios de comunicación que dependen de la administración pública central. Presidente Chávez, la vida en Venezuela no vale nada.


Una de las cosas más preocupantes a mi entender, es la terrible polarización social que sufre el país y que propugna el régimen que usted comanda. Ya no se trata de la típica división y rivalidad política entre simpatizantes de distintos partidos, normal en todas las sociedades del mundo, y que aún persiste en Venezuela, sino que se ha generado además un fuerte odio entre clases sociales, el tipo de odio que se encarga de quebrar patrias, y que cada día se profundiza más, hasta el punto de parecer parcialmente irreversible. Lo peor del caso, repito, es que esta polarización nacional sea amparada por su administración, y sea impulsada con las constantes apologías al odio que emanan de su persona y de sus aliados.


Sin ánimos de extenderme más, quiero pedirle que no me vea como un irrespetuoso, sólo trato de decir la verdad. No conozco sus verdaderas intenciones al frente del gobierno de la República, pudieran ser éstas buenas e incluso altruistas, pero lo cierto es que la manera en que las ha puesto en práctica lo han llevado a violar la Constitución en infinidad de ocasiones, e incluso a traicionar a la patria, sin tener usted virtudes tangibles que me hagan admirarlo. Por todo esto señor Presidente, lo exhorto a que realmente reflexione sobre sus acciones y asuma la responsabilidad por todos los errores que ha cometido. Haga un acto de valentía, no busque la reelección en octubre, y deje que otras personas se encarguen de reconstruir a Venezuela. Reconozca que su tiempo en el poder llegó a su fin.


Sin más a que hacer referencia y esperando su mayor comprensión,


Saludos,


José Alberto Vargas La Roche.

Desintegración del Estado de Derecho.


Pocos días atrás se difundió ampliamente una realidad perfectamente conocida por quienes de alguna u otra forma estamos en contacto con el ámbito judicial venezolano; me refiero a la dependencia que mantiene el Poder Judicial de nuestro país respecto de otras ramas del Poder Público Nacional, básicamente respecto del Poder Ejecutivo. Para algunos, la reciente entrevista que el destituido magistrado del Tribunal Supremo de Justicia Eladio Aponte Aponte concedió a SoiTv  es “reveladora” en relación a la situación del funcionamiento del Estado venezolano, sin embargo, esto realmente es historia vieja, y estas declaraciones simplemente dieron a conocer ciertos detalles de cómo opera esa intromisión en el Poder Judicial. Lo realmente impactante de la entrevista, y a la vez altamente indignante, es que la podredumbre de nuestro sistema de justicia haya sido reconocida por uno de sus funcionarios de mayor jerarquía hasta hace poco tiempo (quien ocupaba la presidencia de la Sala de Casación Penal, máxima instancia en materia de justicia criminal), y que a la vez fue partícipe de muchos de los actos irregulares producidos en el seno del aparato jurisdiccional.

Encuentro oportuno hacer ciertas consideraciones dirigidas a quienes no comprendan la gravedad de la situación, ni conozcan la estructura del Estado venezolano. Venezuela es en teoría un Estado de Derecho, es decir, una entidad socio-política donde las instituciones que la gobiernan y dirigen están sometidas al Derecho y limitadas por éste, creándose así un margen fuera del cual no pueden actuar, para evitar la comisión de arbitrariedades, la concentración del poder y la violación de los derechos humanos. Así pues, la consagración de Venezuela como Estado de Derecho se halla en la Constitución de la República (Artículo 2 de la Carta Magna), y consecuentemente es a ella que se encuentra sometido el poder. De nuestra máxima norma se infiere que los pilares en que se sustenta nuestro Estado de Derecho son la legalidad o imperio de la ley como principio de actuación estatal; los derechos humanos como facultades inherentes a la persona; y la separación de las funciones del Poder Público en ramas diferenciadas y autónomas entre sí, como principio de estructuración del Estado.

Es precisamente este último pilar, la comúnmente llamada “separación de poderes” (que realmente debe ser considerada como separación y autonomía de las funciones del Poder Público, al ser éste uno solo y no múltiples “Poderes”), que se encuentra consagrada en el artículo 136 de la Constitución y en lo que refiere al Poder Judicial específicamente en el artículo 254 constitucional, lo que brilla por su ausencia en nuestro país y compromete la existencia del Estado de Derecho, y a lo que se refieren en gran parte Aponte Aponte y la periodista que lo entrevistó.

Frases como “el Poder Judicial…tal autonomía no la hay…”, “…un poder independiente, eso es una falacia”, “el Vicepresidente es el que maneja la justicia en Venezuela”; pronunciadas por el antes verdugo y ahora perseguido abogado, permiten apreciar que el Estado de Derecho en Venezuela se ha desintegrado, en gran parte por la ya referida intrusión del Poder Ejecutivo en la actuación del Poder Judicial. El hecho de que el Vicepresidente Ejecutivo, segundo funcionario en jerarquía dentro de la Administración Pública central, “maneje la justicia en Venezuela” y se reúna -como también se dijo en la entrevista- todos los viernes con altos funcionarios judiciales para crear las directrices de la justicia en el país, es una gravísima violación constitucional y una inmoralidad mayúscula. Peor aún, Aponte Aponte indicó que el mismísimo Presidente de la República, Hugo Chávez, lo llamó para ordenarle lo que debía decidir en ciertos casos de su interés.

Quiero recalcar que lo más espantoso de las declaraciones ofrecidas por este sujeto de tan baja calaña no es su conexión con el narcotraficante Walid Makled (bastante terrible por sí misma), sino el descaro con que reconoció que muchos de los juicios penales más emblemáticos de los últimos tiempos por su alto tono político, como lo son los casos Mazuco, Afiuni, Usón o Simonovis; fueron arreglados y “trampeados” para condenar a las personas imputadas y favorecer al gobierno nacional.

Así las cosas, ¿qué depara el futuro a Venezuela? Mientras el funcionamiento del Estado sea éste, en el que el Ejecutivo Nacional es todopoderoso, controla al Poder Judicial, y no tiene vigilancia por parte del Legislativo; nuestro país está condenado a dirigirse por la vía del despotismo y convertirse en una dictadura. Mientras a la pregunta formulada por la entrevistadora de “¿cómo queda la independencia de los poderes en Venezuela?”, la respuesta sea el “yo creo que no hay tal independencia” dicho por Aponte Aponte; Venezuela no tendrá futuro. No quiero parecer en exceso pesimista, pero esta es la realidad. Hoy parece más vigente que nunca lo expresado por Montesquieu, forjador y difusor de la teoría de la separación de poderes, en su obra ‘El espíritu de las leyes’: “En el Estado en que un hombre solo, o una sola corporación de próceres, o de nobles, o del pueblo administrase los tres poderes, y tuviese la facultad de hacer las leyes, de ejecutar las resoluciones públicas y de juzgar los crímenes y contiendas de los particulares, todo se perdería enteramente.

Este escenario en que nos encontramos debe servirnos para dejar el letargo atrás, y tomar conciencia de que debemos hacer respetar la Constitución Nacional, hacer valer nuestros derechos, y desechar el actual gobierno. Es necesario que todos denunciemos a viva voz los sostenidos abusos del régimen, y sobre todo, es necesario que este Octubre ejerzamos nuestro derecho al voto para intentar de una vez por todas darle esperanzas a Venezuela y cambiar el panorama presente.


Por último, les dejo un enlace al video que contiene la entrevista concedida por Eladio Aponte Aponte: http://www.youtube.com/watch?v=uYIbEEGZZ6s

José Alberto Vargas La Roche.

 “Cuando los poderes legislativo y ejecutivo se hallan reunidos en una misma persona o corporación, entonces no hay libertad, porque es de temer que el monarca o el senado hagan leyes tiránicas para ejecutarlas del mismo modo. Así sucede también cuando el poder judicial no está separado del poder legislativo y del ejecutivo. Estando unido al primero, el imperio sobre la vida y la libertad de los ciudadanos sería arbitrario, por ser uno mismo el juez y el legislador y, estando unido al segundo, sería tiránico, por cuanto gozaría el juez de la fuerza misma que un agresor”.

Charles-Louis de Secondat, Barón de Montesquieu.


"Policías malandros".


El lamentable hecho ocurrido el pasado fin de semana, en el que la joven hija del Cónsul de Chile en la ciudad de Maracaibo perdió la vida en una supuesta alcabala, a manos de un irresponsable grupo de funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), me produce una tristeza infinita. No conocí a Karen Berendique (que tenía la misma edad que yo), pero aún así, una sensación de gran pesadumbre me dominó cuando supe de la noticia; es imperdonable que una vida humana sea arrebatada de esa manera por culpa de la inmoralidad que reina en el país, y más aún tratándose de alguien que tenía mucho por vivir.

Ya a nadie le sorprende como la violencia reina en Venezuela, como las armas abundan entre la población civil, ni como quienes portan armas  -sean personas civiles, agentes de seguridad, o militares- se creen todopoderosos. Tampoco resulta sorprendente en este afligido país que los órganos policiales sean corruptos por naturaleza, extorsionadores de profesión, y cómplices de la delincuencia; los venezolanos lamentablemente nos acostumbramos a esta situación. Sin embargo, que los funcionarios de un órgano del Estado venezolano creado para servir de auxiliar al sistema de justicia en las investigaciones penales, como lo es el CICPC, se conviertan en perpetradores del peor de los delitos, representa llegar a un nuevo nivel de descomposición nacional.

El asesinato de Karen Berendique no constituye un hecho aislado, sino que forma parte de una cadena de actos ilícitos llevados a cabo en el seno de los organismos que supuestamente deberían brindar seguridad ciudadana, actos que generalmente pasan desapercibidos por ser cometidos contra habitantes de los barrios pobres, y que lamentablemente sólo con la muerte de una persona de un perfil un poco mayor salen a la luz. El asesinato de Karen refleja, además, el grado de mediocridad generalizada existente en dichos organismos. Así pues, es preocupante que los elementos que integran los cuerpos de policía estén caracterizados por su escasa formación académica, su bajo nivel de entrenamiento para el desempeño de sus funciones, y su nula educación en valores humanos y ciudadanos. Toda mala práctica policial es consecuencia clara de estos atributos que poseen nuestros agentes de “seguridad”.

Es obligación del Estado venezolano garantizar a la población un sistema de seguridad policial de calidad, y claramente no lo está haciendo. Para ello, sería necesario que la administración pública en sus distintos niveles fuera más selectiva en cuanto a los ingresos de individuos a las academias policiales y garantizará un programa de formación y preparación integral a sus futuros agentes. Asimismo, y sobre todas las cosas, es imperante que los gobiernos -nacional, estadales y municipales- se aboquen a realizar un proceso de depuración de la totalidad de órganos de seguridad que controlan, deshaciéndose de los funcionarios incompetentes e indeseables; y que el Poder Judicial no permita que los “policías malandros” queden impunes  de sus faltas y delitos.

Quiero terminar esta reflexión extendiendo mi sentido pésame a la familia de Karen Berendique, y rogando al Estado venezolano que actúe y no convierta éste en otro caso de impunidad descarada, sino que haga caer todo el peso de la ley sobre los asesinos que cometieron esta aberración; por la memoria de ella, y de todos los venezolanos caídos, y por el bien de todos quienes vivimos en constante peligro.

José Alberto Vargas La Roche.

Decálogo del ciudadano.


Dediqué el post titulado “Maracaibo Marginada” a la situación en que está sumida la ciudad, al análisis de cada una de sus problemáticas, y a las causas de éstas. También propuse algunas ideas para solucionar estos males que afectan a la ciudad, y que deben ser implementadas por la colectividad, ya que implican su actuación. Entre estas posibles soluciones incluí e hice énfasis en el cambio de mentalidad del ciudadano y en el abandono de la indiferencia generalizada existente hoy día. Pues bien, para que el marabino deje atrás dicha indiferencia, no basta con que se manifieste preocupado por la situación de su entorno, sino que debe necesariamente adoptar una actitud proactiva y de respeto a las normas de Derecho. Por ello, en esta ocasión desarrollaré -a manera de decálogo- unos lineamientos de conducta que considero idóneos para forjar una cultura ciudadana impecable en cada individuo que integra la sociedad marabina, y en general aplicables a cualquier otra sociedad urbana. Me dispongo así a enunciar este decálogo del ciudadano:
  1. Respeta la ley, así como la moral y el orden públicos. Una sociedad donde las normas que regulan la convivencia son irrespetadas, está condenada al fracaso y la anarquía. Recuerda que la ignorancia de la ley no excusa de su cumplimiento.
  2. Compórtate de manera respetuosa y cordial con tus conciudadanos en cualquier recinto; utiliza los buenos modales. La puesta en práctica de las buenas costumbres contribuye a lograr, progresivamente, una sociedad armónica y pacífica. Evita ser grosero, soberbio, despectivo y conflictivo en tu trato con quienes te rodean, ya que son elementos que integran la misma colectividad a la que perteneces.
  3. Respeta la propiedad de tus conciudadanos. No destruyas, invadas, dañes, robes o hurtes aquello que no te pertenece.
  4. Ayuda a mantener la limpieza y el orden del medio físico de la ciudad. Esto no implica que te dispongas a limpiar las calles con tus propias manos, sino que evites tirar desperdicios, escupir o realizar tus necesidades fisiológicas en las calles y áreas públicas; así como debes llamar la atención de quien lo haga. Esta directriz de saneamiento aplica igualmente para todo lo relativo a nuestro mayor reservorio de agua, el Lago de Maracaibo.
  5. Contribuye con el mantenimiento y cuidado de la infraestructura urbana. No escribas en las paredes, no rompas ventanas, y en general, no seas partícipe del deterioro de las edificaciones, ya sean públicas o privadas.
  6. Si eres usuario del transporte público, respeta las paradas asignadas y exige al conductor que las respete igualmente. Procura convivir en armonía con los demás usuarios del sistema de transporte.
  7.  Si te trasladas en tu propio vehículo automotor, mantente apegado a las normas de tránsito: no te excedas de la velocidad permitida ni manejes con extrema lentitud, respeta los semáforos y demás señales de tránsito, no te estaciones en las vías peatonales, sé cuidadoso con el peatón.
  8. Si te trasladas caminando, recuerda que hay normas de tránsito que también te son aplicables: camina por las vías peatonales o aceras sin irrumpir en la calle, utiliza el paso peatonal para cruzar la calle, denuncia ante las autoridades a aquellos carros que usen las aceras como estacionamiento.
  9. No seas una molestia para tus conciudadanos, por el contrario, procura que éstos vivan en paz. Por ello, no seas causante de contaminación sónica oyendo música a un alto volumen y gritando en lugares abiertos o en altas horas de la noche; no ingieras alcohol u otras sustancias que alteren tu conducta, en las calles y áreas de esparcimiento público; en fin, no te comportes de tal manera que impidas el tranquilo desenvolvimiento de la vida de las demás personas.
  10. Mantén viva a tu ciudad, ayuda a que ésta crezca como metrópolis: invierte en ella, asiste a los eventos y espectáculos que se organicen, así como a los lugares destinados al entretenimiento. Sé parte de la vida comercial, cultural, académica, deportiva y artística de la ciudad.
José Alberto Vargas La Roche.

Colección de reflexiones cortas y pensamientos.


Mientras termino de preparar mi próximo articulo, decidí compartir una serie de reflexiones cortas y pensamientos que he publicado en la red social facebook, ordenados cronológicamente, sobre temas que posteriormente pretendo desarrollar con mayor detalle; para no tener olvidado este blog. A continuación se los dejo:

18/02/2012. Posición sobre las ideologías y el pragmatismo.

Hugo Chávez en una alocución reciente se refirió a que la mayor debilidad de la oposición con respecto al chavismo, de cara a las elecciones de Octubre, es la falta de ideología propia. ''Nosotros tenemos ideas propias, el socialismo bolivariano del Siglo XXI; ellos no las tienen, sino sólo las ordenes que les dan desde Washington", dijo el jefe del Ejecutivo Nacional. 

Independientemente de lo absurdo del discurso de Chávez y de lo ridículas y poco estructuradas que puedan ser sus ideas, creo que es necesario recordarle al actual Presidente de la República que con ideologías no se gobierna. Mientras las ideas sean sólo eso, y no se traduzcan en obras, no tendrán valor alguno. Epa Chávez!, para llevar a un país por la senda del progreso debe gobernarse con pragmatismo, es decir, haciendo y no hablando! Si queremos que Venezuela se enderece tenemos que salir de este régimen, y procurar por un gobierno nuevo que se aboque a administrar y ejecutar políticas públicas eficaces.

12/02/2012. Regionalismo bueno y regionalismo malo. Reflexión sobre la zulianidad hueca de los seguidores de Pablo Pérez, y de la mayoría de zulianos.

No hay argumento más estúpido que el de "zuliano vota zuliano". Otra muestra de regionalismo superficial y vacio. Si de verdad fueran zulianistas, no votarían por alguien que tiene al Zulia en tan mal estado. Si quieren votar por Pablo Pérez, perfecto, pero usen argumentos más validos Este  comentario lo hago desde mi condición de zulianista exacerbado, pro autonomía del Zulia. Quienes mantienen el argumento al que me referí antes, no pueden ser llamados zulianistas ni regionalistas. Representan un regionalismo por denominación, y no por convicción.

05/02/2012. Pequeño análisis del derecho de sufragio, introducción para comprender la forma adecuada de considerarlo. Llamado a ejercerlo en las elecciones primarias de la unidad.

Falta una semana exacta para que se celebren las elecciones primarias de la MUD, y considero importante recordar que si bien votar es una prerrogativa de cada ciudadano, un derecho constitucional, y no un deber por cuyo incumplimiento podáis ser sancionado; en los casos en que el futuro del país depende y se desarrollará en función de lo que acontezca en las elecciones, votar se vuelve una necesidad, un deber moral. No importa a quien elijáis: Capriles Radonski, Pablo Pérez, Diego Arria o María Corina; lo importante es votar para que Venezuela de ese primer paso necesario para entrar en la senda del progreso: sacar a Hugo Rafael Chávez Frías del poder. Ayudá a la causa común de los venezolanos, mantené tu conciencia en paz, y votá!

28/01/2012. Día de la independencia del Zulia. Breves consideraciones sobre la zulianidad y la autonomía.

Un día como hoy, en el año 1821, la Provincia de Maracaibo declaró su libertad e independencia del Imperio Español (10 años después que Venezuela), e invocando la soberanía de su pueblo se constituyó en República, que debía unirse a la Gran Colombia en condición de igualdad que las demás entidades políticas que la constituían. La ilustre acta de independencia de la Provincia de Maracaibo declaraba: “…debe en su consecuencia declarar como declara al pueblo de Maracaibo, libre e independiente del Gobierno Español, cualquiera que sea su forma desde este momento en adelante; y en virtud de su soberana libertad se constituye en República democrática y se une con los vínculos del pacto social a todos los pueblos vecinos y continentales, que bajo la denominación de República de Colombia, defienden su libertad e independencia según las leyes imprescriptibles de la naturaleza…”.

Los distintos acontecimientos que ocurrieron posteriormente impidieron que el Zulia se conformara como Estado independiente tras la disgregación de la Gran Colombia, sino que por el contrario, se adhiriera a Venezuela. Sin embargo, esta fecha nos debe hacer recordar lo importantes que son la herencia y valores históricos para los zulianos, que no debemos olvidarlos para vivir la zulianidad como una ridícula figura folclórica; y sobre todo, nos debe hacer reflexionar sobre lo importante que es la autonomía para el desarrollo y progreso en las entidades que integran a los Estados federales, como en efecto lo es Venezuela por disposición de la Constitución. Por eso ahora más que nunca es necesario exigir autonomía para el Zulia ya! Feliz día de la independencia del Zulia!

26/01/2012. Artículo 328 de la Constitución Nacional: "La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política...". Para reflexionar.












26/01/2012. Muy buena caricatura. Adiós Guayana Esequiba. Chávez trata de dar lecciones de defensa a la soberanía, pero deja que nos roben tranquilamente.
05/12/2011. Día del profesor universitario.

A quienes ostentan el título de profesor universitario sin merecerlo (mediocres, irresponsables, ignominiosos): ojalá caiga sobre ustedes el repudio general por desvirtuar su ocupación y llenar de basura las mentes de la juventud del país. Por otra parte, feliz día a quienes realmente merecen ser profesores universitarios, a todos aquellos que enaltecen tan importante y noble ocupación, formando académicamente a una sociedad tan necesitada de conocimientos y valores como la venezolana. Felicidades!

06/11/2011. En contra de matar no es arte.

La gente debería concentrar sus esfuerzos en manifestarse contra la violencia, inseguridad y demás problemas que sufren nuestro país, estado y municipio; y no perder el tiempo y recursos en atacar figuras culturales como las corridas de toros, que si bien tienen muchos defectos, el hecho de que sean prohibidas no representaría ningún tipo de beneficio trascendental para la sociedad. Se le debe dar prioridad a aquello que lo merece, y más en una Nación como esta, que atraviesa tantas dificultades.

15/03/2011. Símbolos patrios.

Los estudiantes oficialistas denunciarán ante el Ministerio Público a los de oposición por usar una bandera de Venezuela negra en su marcha, ya que según su parecer, eso es un irrespeto a los símbolos patrios. Mientras los líderes y políticos de este país malgasten su tiempo en peleas relativas a meros símbolos como la bandera, el himno o el mismo Bolívar; Venezuela seguirá hundiéndose, cada vez más rápido.

27/01/2011. Holocausto.

Hoy 27 de enero se conmemora a las víctimas del mal llamado "holocausto", la peor de todas las masacres. Un día no basta para recordar varios años de genocidio depravado, ocasionado por la maldad humana en su máxima expresión. 6 millones de asesinatos injustificados y salvajes. Que en paz descansen todos los que murieron y aprendamos del pueblo judío: el indestructible, el más admirable de todos. Es curioso que se le llame Holocausto, considerando que esa palabra originariamente denotaba cierto tipo de sacrificio de animales. Aquello fue, como dicen en hebreo una "Shoah" (masacre). Peor aún es que haya gente e incluso gobiernos (ej. Irán) que afirmen que jamás ocurrió tal masacre.

José Alberto Vargas La Roche.

La independencia de Maracaibo: una historia mal contada.

José Alberto Vargas La Roche. Abogado, escritor, miembro de número del Centro Zuliano de Investigaciones Genealógicas. Mapa de la laguna y s...