La interesante vida de Juan Bautista Marcucci.

La interesante vida de Juan Bautista Marcucci, abuelo materno de José Cruz La Roche Marcucci, y por lo tanto mi abuelo cuarto:

En su acta de matrimonio con la -al parecer- caraqueña Catalina Jugo, se dice que es natural de Santiago de los Caballeros, en la Isla de Santo Domingo[i], siendo su origen en aquella isla ratificado en un artículo de Albert H. Gerberich, antiguo cónsul de los Estados Unidos en Maracaibo, publicado en la National Genealogical Society Quarterly, en 1931[ii]. No obstante, en otras fuentes (la narrativa del Dr. E.N. Bancroft[iii] y los datos aportados por su hijo Domingo al censarse en Estados Unidos en 1900[iv]) se afirma su condición de francés, asentado en Maracaibo. Para complicar la situación aún más, el mismo artículo del cónsul Gerberich comenta que sus padres, Domingo Marcucci y Catalina Bauchelet (o Banchelet) fueron italianos.

Lo cierto es que más allá de sus orígenes caribeños y europeos, se asentó en Maracaibo con al menos un hermano, Cipriano, donde ejerció distintas actividades, llegando a convertirse en un convencido venezolano con una activa vida política, y casándose con una venezolana, Catalina, con quien tuvo diez hijos: Domingo María, Natalia María, Juan Bautista, Luis José Felipe, Alejandro, Severo, Tomás, María Catalina, Rafael y María Amarilis (por lo que, siguiendo las palabras de Gerberich, sus descendientes son legión). Sin embargo, al igual que con su lugar y fecha de nacimiento y con sus orígenes familiares, el dónde y el cuándo falleció exactamente están envueltos en la bruma de ignorancia que los siglos crea para nosotros, aunque no obstante, se puede afirmar gracias a distintos registros eclesiásticos que para el 1 de enero de 1858 seguía con vida[v], y para el 16 de octubre de 1872 ya había muerto[vi].



Firma autógrafa de Juan Bautista Marcucci, hecha en una carta que envió al Ministro Secretario de Estado del Despacho de Hacienda de la República de Colombia el 10 de marzo de 1829, solicitándole que hiciera efectiva una acreencia que tenía a su favor como tenedor de dos certificaciones del Ministerio de Hacienda de 621 pesos ambas[vii].

También puede decirse con suficiente grado de certeza que poseyó la ciudadanía estadounidense, por naturalización (acto que se celebró ante la extinta Corte Marina de Nueva York el 8 de julio de 1828), y que vivió muchos años en esa ciudad o al menos en su área, según los datos aportados por Gerberich (quien lo llama John Baptiste Marcucci)[viii].

El mayor de sus hijos, Domingo, estudió arquitectura naval en California becado por el gobierno venezolano, bajo la condición de trabajar en los astilleros de la República una vez terminados sus estudios. Pero finalmente Domingo vivió el resto de sus días en Estados Unidos, teniendo su propio astillero y escribiendo sobre temas navales, lo que le valió distinción dentro de ese gremio en tierras norteamericanas[ix] [x]. Otro de sus hijos, Luis, fue Capitán de embarcaciones e hizo de Nueva York su hogar[xi].
Domingo María Marcucci Jugo, hijo mayor de Juan Bautista Marcucci y Catalina Jugo, asentado durante toda su vida adulta en California[xii].

Esta proclividad a la vida marítima tal vez no haya sido exclusiva de esos sus vástagos; puede que el propio Juan Bautista haya tenido vena naval, o al menos eso puede especularse al conocer que la Diputación Provincial de Maracaibo emitió una ordenanza el 11 de diciembre de 1846 en la cual le concedía un terreno ejido a Juan Bautista para la fundición de un astillero, hecho que nunca se materializó, lo que provocó entonces que dicha concesión fuera revocada por ordenanza sobre ejidos del 15 de diciembre de 1853[xiii].

Ya mudándonos de aquel ámbito familiar, puedo afirmar que a pesar de desconocer el nivel de educación formal con que contaba Juan Bautista, sí que es cierto que era un hombre con formación idiomática, ya que además del español también dominaba otros idiomas. Su manejo del inglés (deducible del hecho de haber vivido en Nueva York y haber obtenido la ciudadanía estadounidense, de haber convivido con el anglosajón Dr. Bancroft y con muchos vecinos en Maracaibo de esa procedencia -Weir, MacPherson y Reimbold- y de tratar con la tripulación de un ballenero norteamericano) y del francés (también deducible de su supuesto origen galo), se ve confirmado al revisar que Marcucci solicitó al Secretario del Despacho de Hacienda de la República de Colombia, en abril de 1830, que se le designara como intérprete de esos dos idiomas[xiv].

Puede decirse que la vida de Juan Bautista no fue particularmente sosegada y tranquila. Según narra en un estudio el prestigioso médico y naturalista británico de la época, Dr. Edward Nathaniel Bancroft, Juan Bautista, a quien llama Monsieur Jean Batiste Marcucci, fue descubridor de una variedad medicinal de la familia de plantas violaceae, que consiguió en Ecuador, en la ciudad de Riobamba, en el área del Chimborazo[xv].

Llegó a hacer tal hallazgo tras un periplo que inició al enterarse de la existencia de una rara planta conocida como Cuichunchulli, que se usaba efectivamente para tratar el "Mal de San Lázaro", es decir, la lepra; por lo que en enero de 1834, movido por la esperanza de conseguir beneficios económicos para su gran familia y de ayudar a conseguir una cura para este mal, se embarcó en un peligroso, costoso y largo viaje de quince meses.

Su travesía lo hizo vivir incontables experiencias. Navegó en un ballenero estadounidense, fue tomado por espía por los bandos guerreantes en el Ecuador, atravesó regiones de desiertos y montañas en el Perú y en Ecuador, enfermó de fiebres, hiriéndose al caer de su caballo en un camino empinado, convivió con tribus indígenas y con habitantes de distintas ciudades y pueblos, hasta finalmente hallar una variedad específica de la planta.

De regresó a Venezuela, pudo presentar los ejemplares que encontró al Presidente de la República del momento, el Dr. José María Vargas, así como al Dr. Carlos Arvelo, para su exhibición y examinación; para luego llevarlos personalmente al Dr. Bancroft en Jamaica. Y si bien la dichosa planta no significó una cura para la lepra, pudo el médico utilizarla para paliar sus síntomas en algunos pacientes, sin poder extenderse en su investigación por falta de ejemplares[xvi] [xvii].

El médico inglés, en obsequio y tributo a Juan Bautista Marcucci, por su filantropía y su celo y paciencia en tan larga odisea, bautizó a dicha planta como Ionidium marcucci o Ionidium marcucii [xviii] [xix]. No obstante probablemente creer el Dr. Bancroft que el descubrimiento de nuestro personaje era una nueva especie, esa noción fue rebatida posteriormente por el Dr. F.J. Farre, en un artículo publicado por la Royal Medico-Botanical Society of London, en 1839[xx], quien afirmó, al estudiar presencialmente algunos especímenes que estaban en posesión de dicha sociedad científica, y compararlos con otros pertenecientes al género Ionidium (también conocido actualmente como Hybanthus[xxi]), que la planta de Marcucci no se trataba de especie inédita e independiente, sino de una variedad de otra especie denominada Ionidium parviflorum (o Hybanthus parviflorus)[xxii], y que Humboldt y Bonpland ya habían descubierto y bautizado como Ionidium microphyllum.

Sin embargo, al consultar una base de datos actual de catalogación de especies vegetales[xxiii], el Ionidium marcucci, Bancr. -abreviatura de Bancroft- (que aparece mal transcrito como Ionidium marcucuii Bancr.), aparece como “nombre sin resolver”, en el sentido de que la planta en cuestión a la que se le atribuye esa designación no ha sido suficientemente analizada y evaluada por especialistas modernos como para darle categoría de nombre aceptado para designar una especie o de sinónimo de alguna otra especie ya clasificada.

En definitiva, sea cual fuere la respuesta definitiva a esta situación, es importante destacar el aporte de Juan Bautista Marcucci, aun siendo mínimo y casual, al rico mundo de la botánica, al punto de añadir una nueva entrada a la taxonomía vegetal con su propio nombre familiar, lo que fue logrado por un hombre que simplemente siguió su propio sentido de aventura.




Ilustraciones de los especímenes de Ionidium marcucii examinados por el Dr. F.J. Farre en 1839, tal como aparecen en el Transactions of the Royal Medico-Botanical Society of London, Vol. I, Part IV.

La novelesca vida de Juan Bautista Marcucci no se limita a sus aventuras como explorador y botánico improvisado en los parajes de Sudamérica, sino que como comenté previamente, tuvo una activa vida política en Venezuela.

El 20 de octubre de 1826 suscribió un acta junto a decenas de otros “notables de esta ciudad” de Maracaibo -entre los que destaca como cofirmante el General Rafael Urdaneta-, y a sus autoridades municipales, en la que, ante la dificultad de que el Congreso de la Gran Colombia se reuniera en los tiempos previstos para reformar la República (en lo que posteriormente llegaría a ser la Convención de Ocaña, si no me equivoco), y ante la amenaza de los españoles que se reunían en La Habana, deciden “consignar el ejercicio de su soberanía nacional” en la persona de Simón Bolívar, para que éste salvase los destinos de la patria[xxiv].

Años después, junto a un grupo de vecinos de la ciudad de Maracaibo, entre los que se encontraban varios próceres de la independencia y militares de alto nivel, como el Teniente Coronel Julio Augusto de Reimbold (participante de la batalla de Carabobo), el General Henrique Weir (para entonces en el rango menor de comandante efectivo, y también participante de la batalla de Carabobo), el General Juan MacPherson y el Coronel Diego Jugo; suscribió el día 19 de noviembre de 1829 una manifestación conjunta dirigida al Congreso Constituyente de la República de Colombia (Gran Colombia), en la que expresaban sus ideas sobre la organización política y las bases de gobierno que debían establecer los congresistas para la República, ideas estas que incluían que Bolívar permaneciera como Presidente vitalicio y que antes de morir diera el visto bueno a su sucesor[xxv].

Este comunicado fue publicado en la Gaceta de Colombia No. 446 del 3 de enero de 1830, y subsecuentemente leído en el Congreso Constituyente de Colombia en su sesión del 27 de enero del mismo año, acordándose remitirlo a la comisión de bases del Congreso, y restándole demás importancia.

Menos de dos meses luego de haber firmado esa acta de apoyo irrestricto a Bolívar, el 16 de enero de 1830, Juan Bautista Marcucci se une al pronunciamiento de la ciudad de Maracaibo, en el cual aparece como uno de sus primeros firmantes, donde se declara la separación de Maracaibo de la República de Colombia y su unión a Venezuela en federación, declarando el apoyo de la ciudad a José Antonio Páez y solicitándole a éste su protección ante la avanzada de tres batallones provenientes de Cartagena y que buscaban guarnecer la plaza de Maracaibo, acción que la municipalidad consideraría una toma hostil y una declaratoria de guerra civil, según ese mismo pronunciamiento[xxvi].

Tras esto, todo parece indicar que Juan Bautista y su familia mantuvieron una relación de alineación política y lealtad para con el “Ciudadano Esclarecido” José Antonio Páez y su Partido Conservador: los famosos godos u oligarcas; lo que queda demostrado en el hecho de que Juan Bautista Marcucci y sus hijos Juan Bautista y Luis fueron partícipes de una reunión celebrada el 19 de abril de -al parecer- 1849, en la casa de Tomé Naar en Curazao, reunión presidida por el mismísimo General Páez, y en la cual el dicho prócer buscaba demostrar ante suficientes testigos que una carta supuestamente escrita por él a Bolívar años atrás, en 1829, y que fue publicada en el número 214 de un periódico llamado El Republicano, en la que pareciera apoyar Páez la idea del establecimiento de una monarquía en América, en detrimento del sistema republicano, no era otra cosa sino una falsificación y alteración de una misiva verdadera donde no se expresaban tales ideas[xxvii].

El trajinar del Sr. Marcucci en el violento, anárquico y atomizado mundo de la política venezolana de mediados del siglo XIX evidentemente no fue nada pacífico, y es que en agosto de 1848, poco menos de un año antes de la celebración de aquella reunión con Páez, se sabe por la correspondencia entre Roland Dubs, Cónsul de los Estados Unidos de América en Maracaibo y yerno de Juan Bautista Marcucci, y Carlos Luis Castelli, Gobernador de la Provincia de Maracaibo, que Juan Bautista estaba recluido en la cárcel pública de Maracaibo, y Catalina Jugo de Marcucci, su esposa, se encontraba bajo mandato de prisión pero “fugada al enemigo” [xxviii].

En las primeras comunicaciones entre Dubs y Castelli, el Gobernador le informa al Cónsul que debe comparecer ante los Juzgados de Maracaibo, sin informarle la causa, pero baraja la posibilidad de que el norteamericano estuviera involucrado en los asuntos penales que salpicaban a su familia política; y en posteriores misivas queda patente que el asunto en cuestión que involucraba a Roland Dubs se trataba de una acusación criminal contra Guillermo Dubs, familiar suyo, por supuestamente prestar auxilio a piratas y enemigos del gobierno.

En definitiva, queda poco clara la razón de la persecución penal contra la pareja Marcucci Jugo, pero se hace lógico pensar que estriba en algún problema político, dado el grado de cercanía que tenía Juan Bautista con los acontecimientos de esta naturaleza que discurrían en Maracaibo desde al menos 1826, y teniendo en cuenta la mención de “el enemigo” que hace Castelli en su carta, término cargado de una fuerte connotación hostil y política, y al que supuestamente había acudido Catalina Jugo de Marcucci para huir de la cárcel.

Un repaso de la situación política vivida en el país y particularmente en Maracaibo durante el año 1848, bajo el gobierno de Castelli en la Provincia, y del mayor de los Monagas -conservador convertido en liberal- en la República, permite recordar que ese año fue lanzada una ofensiva militar por Páez contra el gobierno monaguista como respuesta al llamado “fusilamiento del Congreso” ocurrido en enero de ese año, enviando a Judas Tadeo Piñango a Maracaibo para intentar tomarla. No es descabellado entonces pensar que Juan Bautista Marcucci y su esposa Catalina, al parecer paecistas, se hubieran visto de alguna manera involucrados en este particular enfrentamiento entre godos y liberales en 1848, lo que les valió la prisión y enemistad del gobierno de Castelli; aunque al parecer eventualmente fuera indultada Catalina Jugo[xxix], especulándose que, por extensión, también Juan Bautista.


Firma autógrafa de María Catalina Marcucci Jugo, hija de Juan Bautista Marcucci, y tatarabuela del autor de esta investigación (fuente: FamilySearch).

El apellido Marcucci siguió sonando en los ámbitos de los conflictos caudillistas del terrible siglo XIX. Es el caso que en la famosa batalla de Santa Inés, librada en diciembre de 1859 en el marco de la sangrienta Guerra Federal venezolana, hubo varios Marcucci en el ejército del gobierno conservador, que cayeron muertos o fueron hechos prisioneros. Así, según el historiador González Guinán, vio extinguir su aliento en las sabanas de Barinas un tal J. Marcucci, oficial del ejército conservador, y sufrieron los grilletes tras la derrota otro J. Marcucci y Alejandro Marcucci, también oficiales godos[xxx].

La identidad de Alejandro Marcucci no se presta a dudas, se trata de uno de los diez hijos de Juan Bautista Marcucci Bauchelet y Catalina Jugo Machado; pero de los dos J. Marcucci que desatinadamente Guinán no da sino la inicial de sus nombres de pila, no puede hacerse otra cosa sino especular sobre sus posibles identidades. Evidentemente se trata de miembros de la familia Marcucci de Maracaibo, por haber participado en la batalla junto al maracaibero Alejandro, y por ser esta ciudad el lugar de asentamiento de ese clan. Ahora bien, sólo tres posibles J. Marcucci en edad adulta había en Venezuela en el año 1859, según lo que los escasos recursos investigativos han arrojado: Juan Bautista Marcucci, padre; Juan Bautista Marcucci, hijo; y Julio Marcucci Espina, sobrino y primo hermano de los anteriores, respectivamente. Quedará también entonces envuelto en el misterio, el saber, de estos tres personajes llamados J. Marcucci, cuál par de hombres sufrió terrible destino en Santa Inés.

Los infortunios de la familia Marcucci Jugo derivados de acciones políticas y militares, se perpetuaron al menos hasta bien pasado el meridiano del siglo XIX, cuando en 1866 otro de sus hijos, el Capitán Severo Marcucci, quien se encontrase participando en una invasión a la ciudad de Maracaibo comandada por los Generales Rafael Capó y Eduardo Pérez, que intentaba remover del poder regional al General Jorge Sutherland, fue fusilado junto a otros dos compañeros de armas, a bordo del vapor “Mariscal”, una vez la intentona fue sofocada[xxxi].

Este desgraciado hecho provocó la furia de una madre, y es que Catalina Jugo, progenitora del Capitán Severo, buscó venganza personal contra el General Sutherland, responsable intelectual de la muerte de su criatura, y en uno de los acostumbrados paseos a caballo que éste hacía por la hoy avenida El Milagro de Maracaibo, armada con un puñal en su diestra y tomando las bridas del equino, intentó matar el General, cosa que le fue frustrada al salir Sutherland huyendo al galope[xxxii].


José de la Cruz La Roche Marcucci, nieto de Juan Bautista Marcucci, y bisabuelo de quien escribe estas líneas (colección personal Vargas La Roche).

Así, a retazos y con información dispersa, logré reconstruir varios de los rasgos principales y acontecimientos de la vida de Juan Bautista Marcucci, padre, y de su familia, digna de ser narrada por cualquier escritor de aventuras, y que si fuera posible tener acceso a un universo más integral de las fuentes documentales de su vida, probablemente se acrecentaría el atractivo de la historia de este particular Indiana Jones latinoamericano.

José Alberto Vargas La Roche.

Fuentes:


[i] The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints. Family Search. Search/Records. Documento disponible en: https://familysearch.org/ark:/61903/3:1:33S7-9R5G-CHY?mode=g&cc=1951777

[ii] Gerberich, Albert H. UNITED STATES FAMILIES AT MARACAIBO, VENEZUELA. National Genealogical Society Quarterly, Volumes 19-22, Issue 29 of Special publications of the National Genealogical Society, 1931.

[iii] Bancroft, E.N., M.D. Observations on the plant named cuichunchulli, and its use as a remedy in the disorder called Mal de San Lazaro, or Coco-Bay. American Journal of Pharmacy, Volume 8, pp. 125-151. Disponible en: https://books.google.co.ve/books?id=xNYyAQAAMAAJ&pg=PA136&lpg=PA136&dq=monsieur+jean+baptiste+marcucci&source=bl&ots=yRS2v83WGF&sig=PDd7dx8V2nuZGoU_lSAmm4YJ5sU&hl=es-419&sa=X&ei=U8eYVYfiGoWEsAWMpoCoDQ&ved=0CCQQ6AEwAA#v=onepage&q&f=false

[iv] Id i. Documento disponible en: https://familysearch.org/ark:/61903/3:1:S3HT-DY49-883?mode=g&i=7&cc=1325221

[v] Id. i. Documento disponible en: https://familysearch.org/ark:/61903/3:1:33S7-9R5K-9GP6?mode=g&i=186&cc=1951777

[vi] Id. i. Documento disponible en: https://familysearch.org/ark:/61903/3:1:33SQ-GR5K-SSNJ?mode=g&i=49&cc=1951777

[vii] Archivo General de la Nación de Colombia. Catálogo en línea. Código de referencia: PETICIONES-SOLICIT: SR.75,10,D.28. Título: [Solicitudes del Departamento del Zulia]. Año: 1829. Folios: 530-567. Documento disponible en: http://consulta.archivogeneral.gov.co/ConsultaWeb/descripcion.jsp?id=3823842&images=true

[viii] Id. ii.

[ix] Presidencia de la República de Venezuela. Las fuerzas armadas de Venezuela en el siglo XIX: textos para su estudio, volumen 10. Prenzas (sic) venezolanas de editorial arte, 1967.

[x] Wikipedia, the Free Encyclopedia. S/F. Domingo Marcucci. Disponible en: https://en.wikipedia.org/wiki/Domingo_Marcucci

[xi] Id. ii.

[xii] Overland Monthly, Vol. XXV., Second Series, January-June 1895, p. 11. Edited by Rounsevelle Wildman. Disponible en: https://babel.hathitrust.org/cgi/pt?id=umn.319510008997757;view=1up;seq=1

[xiii] Diputación Provincial de Maracaibo. Ordenanzas y Resoluciones de la Honorable Diputación Provincial de Maracaibo en 1853. Caracas: Imprenta de Tomás Antero, 1854.

[xiv] Archivo General de la Nación de Venezuela. Boletín del Archivo General de la Nación, volumen 55, edición 208 - volumen 56, edición 211. Oficio de la Prefectura Departamental del Zulia, para el Secretario del Despacho de Hacienda. Dice acompañar una representación de Juan Bautista Marcucci, solicitando se le designe el empleo de intérprete en los idiomas de inglés y francés.- Maracaibo, 17 de abril de 1830.- 1965.

[xv] Id. iii.

[xvi] Id. iii.

[xvii] Samaniego, Juan José. Cronología Médica Ecuatoriana, p. 79. Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1957. Disponible en: https://books.google.co.ve/books?id=nldYAAAAMAAJ&dq=con+que+fue+curado+Jacobo+Puche+del+mal+de+elefancia+de+San+L%C3%A1zaro%2C+en+la+misma+ciudad+de+Ma-racaibo&focus=searchwithinvolume&q=quince+meses

[xx] Farre, F.J., M.D. ON THE SPECIES OF IONIDIUM WHICH PRODUCES THE CUICHUNCHULLI, AND ON THE SPECIFIC IDENTITY OF I. MICROPHYLLUM AND I. PARVIFLORUM. Transactions of the Royal Medico-Botanical Society of London, Vol. I, Part IV, pp. 206-217. Londres: Highley, Fleet Street and Churchill, Princes Street, 1839.

[xxi] Id. x. S/F. Hybanthus. Disponible en: https://en.wikipedia.org/wiki/Hybanthus

[xxii] The Plant List. S/F. Ionidium parviflorum (L.f.) Vent. Disponible en: http://www.theplantlist.org/tpl1.1/record/kew-2866245?ref=tpl1

[xxiii] Id. xxii. Ionidium marcucuii Bancr. Disponible en: http://www.theplantlist.org/tpl1.1/record/kew-2866225?ref=tpl1

[xxiv] Biblioteca Nacional de Colombia. S/F. Acta del Pronunciamiento que hizo la capital del Zulia el 20 de octubre de 1826. Disponible en: http://www.bibliotecanacional.gov.co/nuevo2/recursos_user/fquijano/fquijano_261_pza127.pdf

[xxv] Colección de documentos relativos a la vida pública del libertador, volumen 21, pp. 52-55. Exposición de varios vecinos de Maracaybo al congreso constituyente. Disponible en: https://books.google.com.gi/books?id=ty8CAAAAYAAJ&pg=PA55&dq=%22juan+b.+marcussi%22&hl=en&sa=X&ved=0ahUKEwjvwPO69tTSAhXEjFQKHaGoBO8Q6AEIGTAA#v=onepage&q&f=false
[xxvi] Anales de Venezuela. Documentos para la historia de Venezuela desde el año de 1830. Disponible en: https://archive.org/stream/analesdevenezuel00azpu_0/analesdevenezuel00azpu_0_djvu.txt
[xxvii] Páez, José Antonio. Autobiografía del General José Antonio Páez, volumen 1, p. 486. Nueva York, 1867. Disponible en: https://books.google.co.ve/books?id=5R4TAAAAYAAJ&pg=PR1&hl=es&source=gbs_selected_pages&cad=2#v=onepage&q&f=false

[xxviii] Transcripciones de las comunicaciones originales proporcionadas por el Profesor Juan Carlos Morales Manzur.

[xxix] Archivo General de la Nación de Venezuela. Boletín del Archivo General de la Nación, ediciones 217-219. 1969.

[xxx] González Guinán, Francisco. Historia Contemporánea de Venezuela, volumen 7, p. 32. Ediciones de la Presidencia de la República de Venezuela. 1954. Disponible en: https://books.google.co.ve/books?id=itMYAAAAYAAJ&dq=del+ejercito+conservador%2C+como+lo+hemos+visto%2C+apenas+se+salvaron+unos+pocos+jefes&focus=searchwithinvolume&q=marcucc%C3%AD

[xxxi] González Guinán, Francisco. Historia Contemporánea de Venezuela, tomo octavo, p. 517. 1910.

[xxxii] Elegía “Medallón de Bronce”, lamentando la muerte de Catalina Marcucci Jugo de La Roche, escrita por Eduardo López Bustamante y publicada en algún periódico desconocido de la ciudad de Maracaibo el 21 de mayo de 1928. Digitalización del documento facilitada por Alejandra Bernal Guzmán.

9 comments:

  1. Wow! Emocinante y muy sorprendente el gran valor histórico que a veces ignoramos. No pares de escribir.

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  2. Your grandfather's search for cuichunchilli and Dr. Bancroft's tests of the plant as a specific against leprosy led to other drama decades later and thousands of miles away.

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    1. Sure!

      Well, a doctor on the island of Mauritius named F.A. Boileau, who had leprosy himself, heard of the Cuichunchulli and was desperate to have the plant imported to Mauritius. Inspired by reports of this plant, unable to obtain it, and expecting to die, Boileau picked a plant off of the ground which had leaves that resembled a typical violet. He began treatment on himself with the plant and experienced symptoms of recovery. He called the plant "bevilaqua" and later went on to "cure" 57 people of leprosy on his island with it. Word spread all over the world about this plant. Today, bevilaqua is known as Centella asiatica. This story is much MUCH longer and stranger than I can comment. I am writing a book about it.

      What is a good resource detailing your grandfather's search for cuichunchilli?

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    2. P.s. In reality, Centella asiatica does not look like cuichunchilli at all! They aren't even in the same family. I believe Dr Boileau heard that your grandfather's plant was in the violet family (which it is), but incorrectly assumed that it looked like a plant in the violet genus.

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    3. Interesting story. I apologize for the great delay in responding you. All the sources that I used for my investigation are in the final part of this article under the name "Fuentes". If you get to discover any new information related to my ancestor in your investigation of Dr. Boileau's deeds, I'll be glad if you let me know. I would be grateful as well if you inform me when you publish your book, it sounds interesting. Greetings.

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  3. Alberto HENRIQUEZ LA ROCHEOctober 14, 2018 at 5:04 PM

    Magnifico relato historico y avenrnturero de nuestro mutuo antepasado.

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